¿Qué significaría para la seguridad de Europa si Italia decidiera unirse al sistema de satélites de SpaceX? ¿El gobierno de Giorgia Meloni dejará de lado un proyecto liderado por la UE que se encuentra actualmente en desarrollo?
Se informa que el gobierno de Italia está en negociaciones avanzadas con SpaceX de Elon Musk sobre sistemas de encriptación para las comunicaciones gubernamentales a través de la red satelital Starlink, pero ¿podría tal acuerdo estar en desacuerdo con el fuerte compromiso del país con el naciente competidor IRIS² de la UE, cuyo lanzamiento está previsto para 2029?
La propuesta de contrato de cinco años con SpaceX, valorada en 1.500 millones de euros, sería la mayor de su tipo en Europa y avanzó durante la reciente reunión entre la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y Musk en Mar-a-Lago, la residencia de Donald Trump en Florida.
El día después de la reunión, el gobierno italiano negó haber firmado ningún contrato con SpaceX.
Sin embargo, su reconocimiento de las discusiones en curso ha generado preocupación entre los expertos de la industria y los políticos, especialmente dada la participación de Italia en el desarrollo de la red de satélites competidora de la UE, IRIS², cuyo lanzamiento está previsto para 2029.
La Comisión Europea dijo a Euronews que una eventual participación de Italia en Starlink es una cuestión de competencia nacional y que los estados miembros de la UE pueden participar en IRIS² y firmar contratos adicionales a nivel nacional.
«Seguramente Italia formará parte del proyecto IRIS²», comentó un portavoz de la Comisión.
Lo que sabemos hasta ahora
Si bien niega cualquier acuerdo finalizado, Italia no ha descartado sus conversaciones con SpaceX, dejando inicialmente en duda su compromiso con el proyecto IRIS² liderado por la UE.
«Las conversaciones con SpaceX son parte de las conversaciones normales que los departamentos de estado mantienen con las empresas», dijo la oficina de Giorgia Meloni en un comunicado.
Elon Musk se hizo eco del entusiasmo por la colaboración, indicando en X (anteriormente Twitter) que SpaceX está «listo para proporcionar a Italia la conectividad más segura y avanzada».
Starlink, que ya está activo en Italia desde 2021, atiende a aproximadamente 50.000 clientes, pero podría ampliar sus servicios para incluir emergencias, como desastres o ataques terroristas.
Space X de Musk también está desarrollando otro proyecto de defensa y operaciones sensibles llamado Starshield, con el que el ministro de seguridad italiano, Guido Crosetto, defendió su participación durante una audiencia parlamentaria, argumentando que el dominio de Musk sobre la conectividad de la órbita terrestre baja lo convierte en un socio indispensable.
«Europa está trabajando en un sistema alternativo, pero llevará entre 10 y 15 años», afirmó Crosetto.
El proyecto europeo
El proyecto IRIS² de la UE, una iniciativa de 11.000 millones de euros, tiene como objetivo crear una red de satélites multiorbital segura para los gobiernos y empresas de la UE.
Está previsto que comience a operar en 2030 y está diseñado para reducir la dependencia de actores no pertenecientes a la UE, como SpaceX de Musk o Kuiper de Jeff Bezos.
«En tiempos de crisis, no podemos permitirnos el lujo de depender demasiado de países o empresas fuera de la UE», afirmó Andrius Kubilius durante la firma de un contrato de concesión de 12 años para IRIS² a mediados de diciembre.
Kubilius, el primer comisionado de defensa y espacio del bloque, describió a IRIS² como un «cambio de paradigma para Europa» que contribuirá explícitamente a las necesidades de seguridad y defensa de los estados miembros, ya que también permitirá comunicaciones militares seguras en el futuro.
Italia podría enfrentar el riesgo de duplicación de servicios si avanza tanto con Starlink como con IRIS².
Consecuencias para Italia
Si bien SpaceX ofrece capacidades inmediatas, Italia desempeña un papel fundamental en el desarrollo de IRIS², el proyecto satelital emblemático de la UE.
Italia albergará el principal centro de operaciones de IRIS² en su céntrico Centro Espacial Fucino. Fucino, que ya es uno de los mayores centros espaciales civiles del mundo, gestiona el sistema europeo de navegación por satélite Galileo.
Está preparado para una ampliación de 50 millones de euros para apoyar a IRIS², creando 200 nuevos puestos de trabajo y consolidando aún más el papel de Italia en la infraestructura espacial europea.
Además, las empresas aeroespaciales italianas como Leonardo son contribuyentes clave a la tecnología de lanzamiento de satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA). La filial de Leonardo, Avio, es el contratista principal y fabricante del lanzador Vega-C, y su sucesor, Vega-E, está previsto que se despliegue entre 2027 y 2028 para respaldar los lanzamientos de IRIS².
A pesar de estas inversiones estratégicas, algunos legisladores de la UE han expresado su preocupación por el posible acuerdo de Italia con SpaceX.
«Si valoras el ‘Made in Italy’, no firmes un acuerdo satelital con Musk», dijo el eurodiputado Christophe Grudler (Renew Europe/Francia) en X.
Sostuvo que el programa GovSatCom de la UE, que se lanzará este año, ofrece un enfoque más cohesivo para agrupar capacidad satelital entre Italia, Francia, Luxemburgo, Grecia y España.
Implicaciones más amplias para Europa
Otro tema crítico es la posible exposición de datos italianos sensibles a SpaceX, lo que podría tener ramificaciones más amplias para la seguridad y la defensa europeas.
Además de los riesgos de duplicación de servicios para Italia si sigue adelante con Starlink e IRIS², los críticos también advierten sobre las consecuencias económicas.
El ex primer ministro italiano Mario Draghi señaló en su informe de competitividad que la rápida expansión de Starlink ha perturbado a los operadores de telecomunicaciones y fabricantes de satélites europeos.
El informe destacó que la UE ya ha perdido su liderazgo en lanzadores comerciales y satélites geoestacionarios, al mismo tiempo que está a la zaga de Estados Unidos en mercados espaciales clave, como la propulsión de cohetes, las megaconstelaciones y las aplicaciones satelitales.
A medida que se desarrolle el debate, la decisión de Italia no sólo influirá en su propia trayectoria tecnológica sino que también podría tener impactos duraderos en las ambiciones de autonomía en el espacio de la UE.