«BIENVENIDO ALIVIO»
Países como Malasia e Indonesia se han opuesto abiertamente a las nuevas reglas y el coro de críticas se hizo más fuerte a medida que se acercaba la fecha límite de implementación de diciembre, con Brasil y Estados Unidos entre los que expresaron preocupación.
El Consejo del Aceite de Palma de Malasia acogió con agrado el retraso propuesto como una «victoria para el sentido común».
La decisión es un «alivio bienvenido para todas aquellas empresas que destacaron la necesidad de un retraso», dijo el director del organismo, Belvinder Kaur Sron.
«En los últimos dos años, Malasia ha proporcionado consistentemente evidencia… de que la fecha de implementación del 30 de diciembre de 2024 era inviable y los sistemas de la UE no estaban listos», añadió el consejo en un comunicado.
Pidió a la UE que aborde las demandas pendientes, incluidas exenciones para los pequeños agricultores, criterios claros de evaluación comparativa y la aceptación del estándar de aceite de palma sostenible de Malasia.
En Indonesia, la principal asociación de aceite de palma del país también celebró el retraso.
«Nuestros llamamientos han sido escuchados», afirmó su presidente, Eddy Martono, quien también instó a la UE a aceptar los estándares de sostenibilidad de Indonesia y reconocer sus esfuerzos contra la deforestación.
El aceite de palma es uno de los principales productos básicos de exportación de Indonesia, pero también un factor clave de la deforestación.
El país perdió casi 300.000 hectáreas de bosque primario en 2023, un aumento respecto al año anterior, aunque aún por debajo del pico de 2016, según Global Forest Watch.
Los ambientalistas indonesios advirtieron que el retraso de la UE probablemente significaría una mayor deforestación desenfrenada.
«No podemos imaginar cuánto más desmonte o deforestación podría causar el retraso de un año en Kalimantan Occidental y otros lugares como Papúa», dijo Uli Arta Siagian, del grupo ambientalista indonesio WALHI.
Uli reconoció los desafíos en la implementación de las reglas, pero dijo que no había garantía de que una demora de un año los solucionaría.
«Debería haberse aplicado, y entonces la UE podría ver lo que hay que corregir», dijo a la AFP.
«Para nosotros esta decisión es decepcionante.»