El sistema de monarquía constitucional de Westminster ha funcionado bien en Malasia y es poco probable que se cambie. El rey puede intentar poner a prueba los límites, pero también será cauteloso a la hora de desafiar los protocolos establecidos.
Después de todo, cualquier cambio real tendría que ser acordado colectivamente por los nueve sultanes y hay un plazo de cinco años.
SE ESPERAN MÁS COMPROMISOS PÚBLICOS DIRECTOS
Lo que podemos esperar del Sultán de Johor son compromisos públicos más directos en los que dará a conocer sus puntos de vista.
Probablemente intervendrá en asuntos como el bienestar de la gente y cuestiones relacionadas con la prestación de servicios gubernamentales, además de impulsar más desarrollos con una conexión con Johor. Por ejemplo, ha manifestado públicamente su opinión sobre la reanudación del proyecto de tren de alta velocidad entre Kuala Lumpur y Singapur y la ampliación de las relaciones con Singapur y China.
En línea con su llamado a la estabilidad política, también podemos esperar que el nuevo rey le diga a la clase política que utilice el parlamento en lugar del palacio si desea cambiar de gobierno.
Es poco probable que el nuevo rey hable abiertamente sobre asuntos políticos. Hay protocolos palaciegos a seguir y él es plenamente consciente de ellos.
El sistema único de Malasia de monarquía rotacional ha funcionado bien desde 1957 y ningún individuo podrá cambiar sus características fundamentales. Todos los malasios comprenden la necesidad de mantener la institución «por encima de la política».
James Chin es profesor de Estudios Asiáticos en la Universidad de Tasmania y miembro principal del Instituto Jeffrey Cheah sobre el Sudeste Asiático.