Inicio Europa Ucrania El sabotaje ruso en el Mar Báltico no es un accidente, es...

El sabotaje ruso en el Mar Báltico no es un accidente, es una estrategia

0
El sabotaje ruso en el Mar Báltico no es un accidente, es una estrategia

Funcionarios de inteligencia en Estados Unidos y Europa han sugerido que los recientes incidentes que dañaron cables críticos en el Mar Báltico fueron accidentales, según un informe del Washington Post. El autoengaño geoestratégico occidental ha enfatizado demasiado los temores de una escalada y de acorralar a Rusia. Sería ingenuo suponer que los repetidos cortes de cables en el Mar Báltico, junto con la reciente fuga, son puramente accidentales. Los persistentes incidentes de “mala marinería” en uno de los entornos marítimos de mayor importancia estratégica del mundo no pueden descartarse fácilmente.

Algunos dentro del establishment de la política exterior occidental pueden creer que esta evaluación indica una reducción de la tensión y paciencia hacia Rusia, particularmente ahora que Donald Trump está a punto de asumir el cargo. Para ellos, la operación de la OTAN recientemente anunciada en el Báltico se presenta como un mero control del tráfico marítimo y prevención de accidentes, lo que requiere una presencia más militarizada en aras de la eficiencia. La filtración se alinea con un patrón desafortunado de señales de desescalamiento a Rusia. Sin embargo, otros ven el patrón de accidentes de flotas en la sombra como provocaciones deliberadas con motivaciones geoestratégicas más profundas, que reflejan una tendencia a la escalada.

Una alternativa razonable a la explicación de que “los accidentes ocurren” es que los incidentes actuales y pasados, que siguen bajo investigación debido a su inherente negación, son el resultado de una malicia deliberada. En lugar de restar importancia a estas acciones, se debe enviar a Moscú un mensaje contundente de determinación estratégica. El corte del cable se produjo debido a acciones evidentes, deliberadas y negligentes de la flota en la sombra de Rusia. Si bien las filtraciones tácticas a los medios pueden aliviar las tensiones, sólo lo hacen para la audiencia prevista. Para Rusia, sin embargo, estas filtraciones señalan la discordia occidental, fomentando tanto la imprudencia como un mayor sabotaje.

Una alternativa razonable a la explicación de que “los accidentes ocurren” es que los incidentes actuales y pasados ​​son el resultado de una malicia deliberada.

Hay claras razones geopolíticas para conceder a Rusia el beneficio de la duda cuando se trata de estos incidentes de sabotaje. La investigación es desafiante y puede que no produzca pruebas concluyentes. Es posible que las autoridades quieran que el problema desaparezca para evitar atención y escrutinio no deseados. Además, la situación agota los ya limitados recursos militares y algunos países están menos motivados para intensificar las tensiones en el Mar Báltico, especialmente con elecciones en el horizonte. Sin embargo, poner demasiado énfasis en estas preocupaciones corre el riesgo de provocar una mayor agresión rusa y debilitar la disuasión. Como dicen los finlandeses: «Los rusos seguirán empujando con su bayoneta hasta que golpee algo duro».

Otro dicho finlandés, de sus tiempos de presión geopolítica, es que “Moscú no es un tribunal de distrito”. Rusia respeta la ley sólo cuando la beneficia o cuando se ve obligada a hacerlo, mientras que Finlandia siempre ha estado comprometida con el derecho internacional. Se están llevando a cabo investigaciones lo más exhaustivas posible, pero es difícil una atribución concluyente, como se ha visto en muchos otros casos sospechosos de sabotaje ruso en Europa y América del Norte. Si bien la intención sigue siendo difícil de establecer, eso no debería llevar a conceder a Rusia un acuerdo implícito de culpabilidad o permitirle eludir la responsabilidad.

Es esencial ver el bosque por los árboles. Las repetidas acciones imprudentes de Rusia ya deberían ser lo suficientemente alarmantes como para justificar contramedidas. El principio de precaución exige el establecimiento de la disuasión.

La OTAN ha contribuido a ello lanzando la operación Baltic Sentry. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, inició la cumbre en Helsinki la semana pasada. Aunque no todos los países de la OTAN fueron invitados, no fue sólo un esfuerzo nórdico-báltico. Más de la mitad de las exportaciones de energía de Rusia pasan a través de un corredor crítico desde San Petersburgo, a través del estrecho Golfo y hacia el Estrecho danés.

Si la imprudencia de Rusia continúa, se debe reforzar este corredor vital, que permite el paso de inocentes. Las medidas legales para restringir esta arteria principal incluyen inspecciones ambientales, de navegabilidad y de seguros. La convención marítima de las Naciones Unidas, UNCLOS, también ofrece valiosas alternativas. Si Rusia continúa abusando de la línea entre guerra y paz, otros marcos legales, además de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, podrían volverse viables.

Rusia considera los mares Negro, Báltico y Ártico como parte de un teatro geopolítico unificado. Occidente no debería involucrarse en tácticas mezquinas como las filtraciones selectivas de inteligencia. Se trata de aguas altamente estratégicas, que Rusia considera su patio de recreo imperial. Lamentablemente, también se han visto implicados barcos matriculados en China, ya que el Mar Báltico puede servir de ensayo para el bloqueo marítimo de Taiwán. Las reacciones occidentales se siguen cuidadosamente. En última instancia, los incidentes del Mar Báltico tienen como objetivo poner a prueba los umbrales de defensa de Rusia. Las filtraciones no deben surgir de desacuerdos menores o consideraciones de corto plazo; cuando se filtra información de inteligencia, debe transmitir un mensaje de contención y disuasión.

Nota del editor: Las opiniones expresadas en la sección de artículo de opinión son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista del Kyiv Independent.


Trump ve la paz en Ucrania como un acuerdo, pero se niega a jugar su mano ganadora

La inminente presidencia de Donald Trump ha alimentado la especulación en el mercado de que pronto se podría alcanzar un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, reforzada por la retórica de campaña de Trump que promete poner fin a la guerra a los pocos días de asumir el cargo, si no antes. Los eurobonos ucranianos han estado entre los mejores por…



Fuente

Salir de la versión móvil