Jóvenes que protestaban y fuerzas de seguridad se enfrentaron el jueves en Conakry, la capital de Guinea, mientras los manifestantes exigían que se restableciera el suministro de gasolina en las estaciones de servicio cuyo suministro fue suspendido después de una explosión mortal en el principal depósito de combustible del país.
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Por la tarde se produjeron enfrentamientos esporádicos entre grupos de jóvenes que lanzaban piedras y las fuerzas de seguridad, que respondieron lanzando gases lacrimógenos, constató un periodista de la AFP.
Cientos de manifestantes, la mayoría de ellos encapuchados o enmascarados, bloquearon carreteras en varios puntos que conducen al centro de la capital, volcaron cubos de basura y quemaron neumáticos.
Muchos se ganan la vida manejando mototaxis y piden la reapertura de las estaciones de servicio de todo tipo de combustible.
El gobierno dijo el jueves que la poderosa explosión e incendio ocurrido el lunes temprano en el principal depósito de la compañía petrolera estatal en el distrito Kaloum de Conakry, cerca del puerto, mató a 23 personas e hirió a 241, revisando al alza una cifra anterior.
Las investigaciones continúan para determinar si siguen desaparecidas más víctimas, dijo el gobierno.
El coronel Mamady Doumbouya, jefe de la junta gobernante que tomó el poder tras un golpe de estado en 2021, anunció tres días de luto nacional a partir del jueves.
El incidente dañó edificios, rompió ventanas, obligó a los residentes a huir y paralizó la vida en el centro.
Las estaciones de servicio fueron cerradas temporalmente en todo el país.
El gobierno ha anunciado la reanudación del suministro de gasóleo, pero la distribución de gasolina sigue suspendida.
«No se puede vender diésel y privarnos de gasolina. La mayoría de los guineanos sólo utilizan gasolina», gritaban los manifestantes.
«Queremos trabajar para poder comer y alimentar a nuestras familias, al igual que las autoridades. No tenemos de dónde sacar dinero», dijo uno de ellos a la AFP.
«Sólo queremos que el gobierno cumpla con sus obligaciones. Si no lo hace, debería irse».
El tráfico estuvo bloqueado por un tiempo antes de que intervinieran las fuerzas de seguridad.
Los taxistas tuvieron que dar media vuelta para evitar la ira de los manifestantes.
«No podemos seguir circulando en estas condiciones. Voy a aparcar mi vehículo (que funcionará con diésel) para evitar problemas», dijo a la AFP un conductor, Diao Balde.
Grupos de derechos humanos se han quejado de las restricciones impuestas a algunos medios de comunicación privados y redes sociales durante la crisis.
«Las violaciones del derecho a la libertad de expresión son ahora permanentes, además de las del derecho de reunión pacífica», afirmó en un comunicado de prensa Samira Daoud, directora de la oficina de Amnistía Internacional para África Occidental y Central.
(AFP)