La barcaza tenía como destino las islas Turcas y Caicos, a unos 250 kilómetros del punto de partida de la barcaza, Labadee.
El viernes, un barco que transportaba a unos 80 migrantes se incendió frente a las costas de Cabo Haitiano, en el norte de Haití. El naufragio dejó unos 40 muertos y decenas de heridos.
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La barcaza tenía como destino las islas Turcas y Caicos, a unos 250 kilómetros del punto de partida de la barcaza, Labadee.
“Este evento devastador resalta los riesgos que enfrentan los niños, mujeres y hombres que migran a través de canales irregulares, demostrando la necesidad crucial de rutas migratorias seguras y legales”, dijo Grégoire Goodstein, Jefe de Misión de la OIM en el País, en la declaración.
Entre los migrantes a bordo del barco, al menos 41 fueron rescatados con vida por la guardia costera haitiana y actualmente reciben atención médica, alimentos, agua y apoyo psicosocial de la OIM, según el comunicado.
Once migrantes fueron trasladados al hospital más cercano para recibir tratamiento, incluidas quemaduras.
La situación socioeconómica de Haití está muriendo, afirmó Goodstein, subrayando que la violencia extrema de los últimos meses “sólo ha impulsado a los haitianos a recurrir aún más a medidas desesperadas”.
La falta de oportunidades económicas, el colapso del sistema de salud, el cierre de escuelas y la ausencia de perspectivas llevan a muchas personas a ver la emigración como la única forma de sobrevivir, añadió.
Para la gran mayoría de los haitianos, la migración regular es un viaje extremadamente difícil de contemplar, por lo que muchos consideran estos viajes clandestinos como su única opción, “una opción particularmente potencialmente mortal en la mayoría de los casos”, recuerda la OIM.