Las autoridades españolas publicaron su primer recuento de desaparecidos el martes cuando un tribunal de Valencia dijo que se ha confirmado que 89 personas están desaparecidas.
Ha pasado una semana desde que inundaciones similares a un tsunami arrasaron el este de España, y la búsqueda de las personas desaparecidas que quedan se vuelve cada vez más desesperada, con al menos 89 confirmados que siguen desaparecidos.
El número de muertos asciende a 217 tras las catastróficas inundaciones, y al menos 211 cadáveres recuperados en la provincia de Valencia. Se espera que aumente el número de muertos.
El gobierno fue criticado por su gestión y su falta de preparación antes de la crisis.
Un mensaje de texto de advertencia no se envió hasta las 8 pm hora local del martes; para muchos llegó demasiado tarde, ya que ya estaban atrapados en sus hogares, en el trabajo o en sus automóviles en las calles cuando se produjo la mortal inundación.
Un vecino valenciano dijo que su hermano, su cuñada y su sobrina no tuvieron tiempo de hacer nada cuando llegó el agua.
Otra vecina, María Murgui, dijo que no había visto a su padre desde que salió a rescatar su moto cuando el nivel del agua comenzó a subir. “Era como muchas personas en la ciudad que salían a poner a salvo su automóvil o motocicleta”, dijo Murgui.
Voluntarios desesperados por ayudar
Sintiéndose decepcionados por las autoridades y desesperados por ayudar, miles de voluntarios inundaron las calles para ayudar a los equipos de búsqueda y rescate que habían llegado desde Madrid y otras partes de España. Su prioridad es remolcar vehículos y limpiar el barro y los escombros para permitir que los residentes accedan a sus hogares, tiendas y lugares de trabajo.
Dos jóvenes voluntarios de Valencia dijeron: «Llamas a una puerta, preguntas si necesitan ayuda y te dicen que sí. Todo el mundo necesita mucha ayuda».
«Simplemente no hay suficiente ayuda», agregaron.
Casi 17.000 efectivos están sobre el terreno en Valencia, entre unidades militares, la Guardia Civil y la Policía Nacional.
En la búsqueda de víctimas, así como en la distribución de ayuda y en las tareas de limpieza participan activamente camiones militares, maquinaria pesada, helicópteros y un buque de transporte de la marina.
Armados con escobas, cubos y palas, también se recomienda a los voluntarios que usen guantes y mascarillas para protegerse del barro.
Jesús Martínez, un voluntario de 23 años, dijo que cree que el lodo es tóxico debido a los químicos que se mezclan con él. «Puedes olerlo al pasar, ya sea que uses una mascarilla o no, huele a aceite, pintura y otras cosas».
Con la ayuda de drones, las tropas españolas continúan su búsqueda en los aparcamientos subterráneos, de donde comenzaron a bombear agua desde el fin de semana. Los buzos también se unieron para ayudar a encontrar posibles cuerpos desaparecidos en los aparcamientos inundados, que han sido difíciles de vaciar a tiempo ya que algunos de ellos estaban cubiertos por metros de agua.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el martes que se había aprobado un paquete de ayuda de 10.600 millones de euros para ayudar a las víctimas de las inundaciones repentinas. El paquete incluye pagos directos que oscilan entre 20.000 y 60.000 euros a los propietarios de las viviendas dañadas.