El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, recibió el lunes permiso de la Corte Suprema para apelar contra su orden de extradición a los Estados Unidos.
El hombre de 50 años es buscado en Estados Unidos por la filtración de miles de documentos clasificados relacionados con las guerras en Irak y Afganistán. Sus abogados argumentaron que no debería ser llevado a Estados Unidos por el riesgo real y “opresivo” de suicidio.
El mes pasado, las autoridades estadounidenses ganaron una apelación contra un fallo judicial anterior de que no podía ser extraditado debido a preocupaciones sobre su salud mental.
Posteriormente, las autoridades estadounidenses aseguraron que el fundador de WikiLeaks no enfrentaría las condiciones severamente restrictivas que, según sus abogados, pondrían en riesgo su salud física y mental.
El Tribunal Superior anuló la decisión del tribunal inferior en diciembre y señaló que los «compromisos solemnes» estadounidenses eran suficientes para garantizar que Assange fuera tratado con humanidad.
Ahora, Assange se ha asegurado el derecho a apelar contra ese fallo en la Corte Suprema con base en un punto de derecho que es de «importancia pública general», lo que podría tener un impacto de gran alcance al sentar un nuevo precedente en los casos de extradición.
Si no hubiera cumplido con el requisito extremadamente alto para que se le permitiera la apelación, el caso de Assange habría ido directamente a la ministra del Interior del Reino Unido, Priti Patel, para una decisión final sobre la extradición.