Canadá, un país que depende en gran medida de la inmigración para aumentar su fuerza laboral, ha establecido un ambicioso plan para atraer a más de 1,3 millones de recién llegados durante los próximos tres años para respaldar su crecimiento posterior a la pandemia.
El gobierno del primer ministro Justin Trudeau tiene como objetivo agregar más de 431.000 residentes permanentes este año, 447.000 en 2023 y 451.000 en 2024, según el Plan de Niveles de Inmigración 2022-24 publicado el lunes. Las cifras para este año y 2023 se han revisado al alza con respecto a los objetivos anteriores de 411 000 y 421 000, respectivamente.
“La inmigración ha ayudado a convertir a Canadá en el país que es hoy”, dijo el ministro de Inmigración, Sean Fraser, en un comunicado. “Estamos enfocados en la recuperación económica, y la inmigración es la clave para lograrlo”.
La inmigración ha sido uno de los principales impulsores de la economía de Canadá y representa casi todo el crecimiento del empleo de la nación. El año pasado, Canadá dio la bienvenida a más de 405.000 recién llegados, el mayor aumento en un solo año de su historia.
Según el plan, las admisiones generales ascenderán al 1,14% de la población canadiense para 2024, y casi el 60% de los recién llegados calificarán como inmigrantes económicos, seleccionados en función de sus habilidades y experiencia laboral.