El juez que dirige una investigación sobre la muerte por nocaut de un boxeador recomienda cambios en la forma en que se regula el deporte y en la forma en que se monitorean las lesiones en la cabeza.
Tim Hague, que tenía 34 años, compitió en un combate de boxeo con licencia de la Comisión de Deportes de Combate de Edmonton el 16 de junio de 2017 cuando su oponente, el exjugador de la CFL de Edmonton Adam Braidwood, lo dejó inconsciente.
Hague volvió en sí y pudo caminar hasta el camerino dentro del Centro de Conferencias Shaw (ahora Centro de Convenciones de Edmonton), donde vomitó y luego lo llevaron al Hospital Royal Alex. Los médicos determinaron que había sufrido una hemorragia en el lado izquierdo del cerebro.
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Hague fue operado por una gran hemorragia cerebral, pero su condición no mejoró y la mitad de su cerebro murió. Se retiró la atención y Hague falleció dos días después de la pelea.
La jueza Carrie Sharpe del tribunal provincial de Alberta hizo 14 recomendaciones, entre ellas que los deportes de combate sean supervisados por una autoridad provincial en lugar de un mosaico de organismos municipales y que haya observadores de conmociones cerebrales en cada evento.
También recomienda que si un luchador recibe un golpe en la cabeza en un nocaut técnico, debe realizar un escáner cerebral para demostrar que está en condiciones de competir nuevamente.
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— Con archivos de Emily Mertz, Global News
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