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La transición democrática de Gambia se enfrenta a una prueba de fuego

La transición democrática de Gambia se enfrenta a una prueba de fuego

Hace casi cinco años, en diciembre de 2016, Gambia puso fin al autoritario reinado de 22 años del presidente Yahya Jammeh mediante unas elecciones democráticas. Desde entonces, a pesar de enfrentar numerosos obstáculos y desafíos, el país de África Occidental ha logrado fortalecer su democracia y ampliar su espacio político de manera significativa. Sin embargo, la transición democrática de Gambia enfrentará su prueba más dura hasta la fecha el 4 de diciembre, cuando el país celebre sus primeras elecciones presidenciales y parlamentarias desde la salida de Jammeh.

Cuando el actual presidente Adama Barrow llegó al poder, había prometido que convocaría nuevas elecciones después de tres años. Sin embargo, rescindió esa promesa en 2019 y anunció que tiene la intención de cumplir un mandato completo de cinco años según lo prescrito en la constitución. Esto dio lugar a protestas menores, pero no impidió que Barrow tomara las medidas necesarias para consolidar su poder.

En diciembre de 2019, Barrow estableció el Partido Nacional del Pueblo (NPP) como un vehículo para buscar un segundo mandato en las próximas elecciones. Desde entonces, el nuevo partido ha logrado obtener un apoyo popular significativo y ha aumentado las posibilidades de Barrow de un segundo mandato.

El mes pasado, Barrow hizo un último movimiento para expandir su base de apoyo antes de las elecciones cruciales y anunció una alianza entre su PNP y el APRC de Yahya Jammeh.

La alianza táctica entre las dos partes ha alborotado algunas plumas en el país. Muchos ven la medida como una señal de la incapacidad de Barrow para dejar atrás el legado represivo de Jammeh y abrir un nuevo capítulo democrático en la política gambiana. Además, los gambianos que habían sido víctimas de Jammeh y sus partidarios durante las dos últimas décadas percibieron la medida como una puñalada por la espalda y una negación de su sufrimiento.

La alianza NPP-APRC también genera temores de que Jammeh, exiliado en Guinea Ecuatorial desde enero de 2017, pueda regresar pronto al país y reinsertarse en la política gambiana. Los detalles del acuerdo entre el PNP y APRC no se han hecho públicos, pero muchos sospechan que Barrow acordó conceder a Jammeh una amnistía por los crímenes que cometió durante su reinado a cambio de apoyo político. Hay temores comprensibles de que tal acuerdo obstaculice los esfuerzos de Gambia por la democratización y la justicia transaccional.

Sin embargo, el aparente deseo de Barrow de mantenerse en el poder a toda costa, la controvertida alianza NPP-APRC y el posible regreso de Jammeh a la arena política no son los únicos desafíos que enfrenta la transición democrática de Gambia antes de las elecciones del 4 de diciembre.

En los últimos cinco años, Gambia logró avances significativos en términos de expansión de la representación política. Hoy, 18 partidos políticos registrados compiten por el apoyo de poco más de un millón de votantes elegibles en el país. Pero este abarrotado mercado electoral no es un positivo neto para la democracia gambiana. Estas partes tienen agendas conflictivas y algunas no dudan en alimentar divisiones y conflictos para ampliar su base de apoyo.

Además, el elevado número de partidos políticos que participan en las elecciones, junto con el sistema electoral de primera persona de Gambia, significa que un candidato con solo 100.000 votos puede convertirse en el próximo presidente del país. Esta es una gran amenaza para la estabilidad del país, ya que allana el camino para que los candidatos perdedores declaren ilegítimas las elecciones, exijan reposiciones e incluso provoquen disturbios civiles.

Otro problema que obstaculiza la transición democrática de Gambia antes de las elecciones es la continua privación del derecho a voto de la diáspora gambiana. Si bien se desconoce su número exacto, se estima que entre 140.000 y 200.000 gambianos viven actualmente fuera del país. La diáspora de Gambia jugó un papel importante en el impulso del movimiento de oposición que finalmente puso fin al reinado de Jammeh. En respuesta, la administración de Barrow intentó darles voz en la política electoral del país a través de una nueva constitución. Pero cuando la asamblea nacional rechazó el proyecto de constitución en 2020, el sueño de la diáspora de participar en las elecciones de 2021 se hizo añicos. Hoy, a los ojos de muchos, las próximas elecciones van a ser menos democráticas, ya que un porcentaje significativo de gambianos no tendrá voz sobre quién dirigirá su país durante los próximos cinco años.

Gambia ha recorrido un largo camino desde el final del reinado de miedo e intimidación de Jammeh. A pesar de las muchas dificultades que ha enfrentado el país desde las últimas elecciones, su población joven y dinámica mira al futuro con esperanza y positividad. Sin embargo, esto no significa que su transición democrática esté completa. Las elecciones del 4 de diciembre serán las más importantes en la historia del país y determinarán si Gambia logrará mantenerse en el camino hacia la democracia.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de Al Jazeera.



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Written by Redacción NM

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