Las explosiones masivas de buscapersonas y walkie-talkies que se cree pertenecían a miembros del grupo chiíta Hezbolá, apoyado por Irán, en el Líbano han sido atribuidas en gran medida a los servicios de inteligencia israelíes. Los ataques, que mataron a docenas de personas y dejaron miles de heridos, dicen mucho sobre las capacidades técnicas de los servicios de espionaje israelíes y su papel en el conflicto en curso en Oriente Medio.
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