Los fármacos para adelgazar están llamados a revolucionar la atención sanitaria al ralentizar el proceso de envejecimiento y permitir que las personas vivan más tiempo y con mejor salud. Ese es el dramático mensaje que lanzaron los principales científicos tras la presentación de los estudios la semana pasada en la Conferencia de la Sociedad Europea de Cardiología en Londres.
Las investigaciones ya han demostrado que la semaglutida (también conocida por las marcas Wegovy y Ozempic) reducía el riesgo de muerte en personas obesas o con sobrepeso y con enfermedades cardiovasculares.
Pero estudios recientes han descubierto que Ozempic tiene efectos que van más allá de lo que se había imaginado originalmente para el fármaco. Las personas que tomaron el fármaco murieron a una tasa menor por todas las causas, no solo por causas cardiovasculares, descubrieron los investigadores.
“La semaglutida tiene beneficios de gran alcance que van más allá de lo que imaginamos inicialmente”, afirmó el profesor Harlan Krumholz, de la Facultad de Medicina de Yale. “No se trata sólo de evitar los ataques cardíacos. Son promotores de la salud. No me sorprendería que mejorar la salud de las personas de esta manera en realidad ralentice el proceso de envejecimiento”.
Los estudios se realizaron a partir del ensayo Select en Estados Unidos, en el que participaron 17.604 personas de 45 años o más que tenían sobrepeso u obesidad y presentaban enfermedad cardiovascular establecida pero no diabetes. Recibieron semaglutida o un placebo y fueron monitoreados durante más de tres años.
Durante el estudio murieron un total de 833 participantes, de los cuales el 58% se debió a causas cardiovasculares y el 42% a otras causas, siendo las infecciones la causa de muerte más común en este último grupo. Se descubrió que quienes tomaron semaglutida tenían menos probabilidades de morir de infecciones que los del grupo placebo, mientras que también redujo de manera consistente el riesgo de resultados cardiovasculares adversos.
“La reducción significativa de las muertes por causas no cardiovasculares, y en particular las causadas por infecciones, fue sorprendente”, afirmó Benjamin Scirica, profesor de Harvard y autor principal de uno de los estudios. “Estos hallazgos refuerzan la idea de que el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de muerte por muchas etiologías que pueden modificarse con terapias como la semaglutida”.