López Obrador dijo que su gobierno esperará que los organismos electorales venezolanos se pronuncien.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llamó este miércoles a respetar los plazos que marca la ley para que los organismos electorales venezolanos se pronuncien sobre las preocupaciones que puedan existir sobre las elecciones presidenciales del 28J, al tiempo que alertó de una reorganización de la derecha a nivel regional.
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Durante su rueda de prensa, el jefe de Estado enfatizó la importancia de esperar la resolución de los organismos electorales, en el marco de una solución pacífica y con respeto al derecho.
Destacó que este es un asunto de decisión exclusiva de los venezolanos, sin injerencia de otras naciones ni organismos internacionales.
Recordó que la jornada electoral transcurrió de manera pacífica hasta la noche del domingo cuando las cosas comenzaron a torcerse, en referencia al momento en que la extrema derecha, sin aportar ninguna prueba, cantó fraude y comenzó a incitar a la violencia.
Dijo que el martes 30 de julio, el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, la Organización de Estados Americanos (OEA) y más países salieron a manifestarse a favor de un candidato, tema que calificó como un exceso y una muestra de injerencia de la Casa Blanca.
Aseguró que hay un reagrupamiento del movimiento de derecha. Agregó que organismos internacionales como la OEA y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quieren que México se involucre, pero dejó claro que no lo hará y que por respeto a Venezuela esperará la resolución del organismo electoral.
Valoró con mesura la reacción que tuvo el Papa Francisco sobre el tema cuando intentaron presionarlo a través de las redes sociales.
En las elecciones presidenciales del 28 de junio, el candidato del Gran Polo Patriótico, Nicolás Maduro, fue reelegido con alrededor del 52 por ciento de los votos.
Pese a ello, la extrema derecha ignoró los resultados, intentó suplantar el poder electoral para difundir datos fraudulentos e imponer a su candidato, y luego promovió actos violentos con la complicidad de EE.UU. y otras naciones, la derecha regional y los medios de comunicación hegemónicos.
Este asalto al gobierno bolivariano se convirtió en un golpe de Estado ciberfascista y criminal, que fue derrotado gracias a la movilización y firmeza del pueblo y las autoridades revolucionarias.