Algunos internautas chinos han llegado al extremo de sugerir que se prohíba por completo el acceso de menores de edad a los aviones y trenes. Estas propuestas no sólo son absurdas, sino que también revelan una tendencia profundamente preocupante: la sociedad china se está volviendo cada vez más hostil hacia sus miembros más jóvenes.
Aunque estas propuestas pueden no ser la opinión mayoritaria, reflejan una inquietante falta de comprensión de los niños y sus necesidades. Es completamente normal que los niños pequeños tengan dificultades en entornos desconocidos, como un vehículo cerrado. No se puede ni se debe esperar que se adapten a las normas de conducta de los adultos.
Lo que puede parecer un comportamiento disruptivo es a menudo simplemente un niño explorando el entorno o afrontando las incomodidades de un entorno desconocido. Es importante recordar que los niños no son adultos en miniatura. Una sociedad que espera que los niños pequeños se comporten como adultos no sólo es irrazonable sino también inhumana.