Apenas unos días después de asumir el cargo, y en vísperas de las fiestas navideñas, Milei presentó su DNU, o decreto «necesario y urgente» para flexibilizar algunas de las reglas que rigen la economía del país, en un momento en que la inflación anual alcanza el 160%.
El presidente libertario de extrema derecha de Argentina, Javier Milei, desató un megadecreto a mitad de semana que cambia o elimina por completo 366 reglas económicas, la primera en un país.
Ninguno de sus líderes anteriores, tanto presidentes elegidos democráticamente como dictadores, intentó un desmantelamiento tan masivo del sistema.
También es precisamente lo que Milei prometió durante la campaña electoral, blandiendo una motosierra viva para simbolizar su intento de recortar el gasto público, su respuesta a la inflación de tres dígitos de Argentina después de décadas de mala gestión financiera.
Si bien, según la ley argentina, el Congreso todavía tiene el poder de hundir el programa de Milei, a muchos les preocupa que sus decisiones desreguladoras puedan empeorar las cosas en el país sudamericano de 45,8 millones de habitantes.
¿Qué cambiará el decreto de Millei?
Diez días después de asumir el cargo, y en vísperas de las fiestas navideñas, Milei presentó su DNU, o decreto «necesario y urgente» para flexibilizar algunas reglas que rigen la economía del país, en un momento en que la inflación anual alcanza el 160%.
Un gran cambio será la eliminación de todas las reglas entre inquilino y propietario, como las leyes que ponen un límite a los aumentos de alquiler.
En los últimos años, los propietarios han fijado cada vez más el precio de sus propiedades en dólares estadounidenses para evitar quedarse estancados con ingresos por alquileres superados durante mucho tiempo por la creciente inflación. Esto ha sido una pesadilla para los inquilinos en un país donde el acceso a los dólares ha estado estrictamente controlado. La desregulación permitirá ahora que sea legal cobrar el alquiler en dólares.
Milei también ha flexibilizado las leyes laborales, y el período de prueba para los nuevos empleados pasó de tres a ocho meses. Las leyes de indemnización por despido sin causa han sido modificadas a favor de las empresas y prevé renegociar los convenios laborales vigentes desde 1975.
También eliminó los límites a las exportaciones y dijo que se liberalizará el mercado de Internet.
Milei también abandonó las normas que impiden la privatización de empresas estatales y ya ha puesto su mirada en la aerolínea nacional Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF, al tiempo que nombró a Starlink de Elon Musk como la compañía que pretendía hacerse cargo del sistema satelital del país, ARSAT.
También propuso limitar el derecho de huelga, consagrado en la Constitución.
Además, tomó medidas para eliminar todos los subsidios a la empresa de transporte público, lo que podría provocar un aumento inmediato de diez veces en los precios de los billetes en uno de los países más urbanizados del mundo.
Los manifestantes padecen el «síndrome de Estocolmo»
Milei, un outsider cuyo ascenso a la presidencia sorprendió a gran parte del país, culpa al intervencionismo y proteccionismo de gobiernos anteriores por asfixiar la economía.
Antes del anuncio del decreto, el nuevo gobierno ya había devaluado el peso argentino en más de un 50% y anunció enormes recortes en los generosos subsidios estatales al combustible y al transporte a partir de enero.
«El objetivo es iniciar el camino de reconstrucción del país, devolver la libertad y la autonomía a los individuos y comenzar a desmantelar la enorme cantidad de regulaciones que han detenido, obstaculizado e impedido el crecimiento económico», afirmó Milei.
De quienes protestan contra sus medidas dijo: «Puede que haya gente que sufra el síndrome de Estocolmo. Están enamorados de un modelo que los empobrece».
La oposición, recientemente expulsada del gobierno, ha criticado a Milei por el decreto y lo ve como una manera de eludir su falta de mayoría en el Congreso.
El partido Libertad Avanza de Milei, que sólo tiene dos años de existencia, tiene sólo 40 de los 257 escaños de la Cámara Baja, y siete de 72 del Senado.
«Este no es el camino. Enviar las reformas como proyectos de ley. No tener miedo del debate democrático», dijo Germán Martínez, jefe parlamentario de la coalición peronista Unión por la Patria.
El abogado constitucionalista Emiliano Vitalani dijo a la AFP que las leyes más altas del país dicen que «en principio, las leyes no pueden ser modificadas por decreto y el presidente no puede reemplazar al Congreso».
La politóloga Lara Goyburu consideró que la decisión «traspasa todos los límites, decretando muchos temas que necesitan acuerdos políticos del Congreso y de las provincias».
El decreto puede ser revocado si es rechazado por ambas cámaras del Congreso, afirmó Vitalini. En caso contrario, entrará en vigor el 29 de diciembre.
«El presidente ha hecho una apuesta muy grande y su éxito dependerá de su capacidad para obtener un apoyo legislativo que hasta ahora no se conoce», dijo el abogado constitucionalista Alejandro Carrió en una columna en el diario argentino La Nación.