Valencia sigue sufriendo los efectos de uno de los desastres naturales más devastadores de España en los últimos años. Sin embargo, la comunidad Valenciana ha iniciado su camino hacia la recuperación.
Para muchos residentes de Valencia, la tormenta Dana parece haber ocurrido ayer. Apenas un mes después de uno de los desastres naturales más devastadores de la historia reciente de España, la comunidad ha comenzado a dar pequeños pasos hacia la recuperación.
Aunque las carreteras han sido parcialmente despejadas, todavía queda una capa de polvo rojizo en las calles, que se desvanece con cada día que pasa. Los expertos ahora están trabajando para restaurar el sistema de alcantarillado, con trabajadores limpiando las tuberías saturadas para evitar que el lodo se endurezca, lo que causaría aún más daños estructurales e impediría el paso de lluvia adicional, informaron los medios españoles.
Los aparcamientos subterráneos siguen atascados de barro y muchos coches aún no han sido retirados. Esta tarea en particular complica la tarea de limpieza debido al riesgo de emisiones de gases tóxicos. Equipos especializados, incluidos cargadores compactos y bomberos con equipo de protección, trabajan las 24 horas del día para despejar estas áreas. Mientras tanto, en los edificios sin ascensores en funcionamiento, las personas mayores y con movilidad reducida permanecen confinadas en sus casas, donde reciben apoyo de médicos y voluntarios.
En las propiedades privadas las cosas no van mucho mejor, pero en comparación con los garajes y las alcantarillas, las casas empiezan a mostrar algunos avances. Se ha quitado el barro y se han limpiado los suelos, pero persiste un olor a humedad. Pasará algún tiempo antes de que las paredes estén lo suficientemente secas como para poder volver a pintarlas. La comunidad, aunque muy afectada, ha podido contar con la solidaridad y el apoyo de toda España, recibiendo donaciones que han aliviado las necesidades inmediatas. Sin embargo, el camino hacia la recuperación total parece largo y los residentes aún enfrentan una multitud de problemas.
El Ejército sigue despejando carreteras
La DANA dejó tras de sí un escenario de devastación en Valencia el pasado 29 de octubre, como la destrucción del puente de Picanya, que fue arrasado por la inundación en segundos.
Inicialmente, los lugareños instalaron una pasarela improvisada, pero desde entonces el ejército intervino para construir un puente temporal de 60,9 metros de altura, capaz de soportar hasta 81 toneladas para permitir el paso de los residentes locales después de un mes de aislamiento. Este tipo de obras se han replicado en Cheste, Buñol y Ribarroja, donde rápidamente se han instalado puentes temporales para peatones y vehículos de emergencia, garantizando la conexión y seguridad en las zonas afectadas, según informan medios españoles.
El desastre de la DANA en cifras
Las inundaciones han dejado tras de sí algunas cifras escalofriantes. Estos son según la última actualización de fuentes como el Centro de Integración de Datos (CID), el gobierno central y varios ministerios:
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Se han confirmado e identificado 222 muertos en la Comunidad Valenciana. Con ocho fallecidos más en Castilla La-Mancha y Andalucía incluidos, el número total asciende a 230.
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Más de 2.000 vecinos aún no han podido regresar a sus hogares, según la Conselleria de Vivienda de la Comunidad Valenciana.
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Se han rehabilitado y reabierto al tráfico 160 kilómetros de carreteras, según el Ministerio de Transportes.
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155.000 personas siguen sin electricidad.
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Se han retirado de las calles 200.000 toneladas de residuos.
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Se han comenzado a retirar 120.000 vehículos averiados.
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Han reabierto 415 farmacias de las 421 que estaban afectadas.