Hace unos ocho meses, la Autoridad de la Ciudad Capital de Kampala (KCCA), que gestiona el vertedero, describió el vertedero como una situación de “crisis nacional”.
Las fuertes lluvias en Kiteezi, un distrito del norte de Kampala, la capital de Uganda, dejaron 18 personas muertas tras un derrame en un vertedero.
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El portavoz de la policía de Kampala, Patrick Onyango, informó que se recuperaron 14 cadáveres el sábado y cuatro el domingo.
Onyango dijo que «alrededor de 1.000 personas fueron desplazadas por el incidente».
Por otra parte, el presidente ugandés, Yoweri Museveni, anunció que las fuerzas especiales del ejército ayudarán en la operación de búsqueda y rescate.
Museveni también exigió explicaciones sobre cómo se permitía a la gente vivir cerca de una zona potencialmente peligrosa.
Al respecto, el Jefe de Estado indicó que había pedido “a la vicegobernadora Anne Muhairwe, en representación del IGG, que investigue rápidamente el asunto y me proporcione un informe”.
También aseguró que las familias de las víctimas recibirán cinco millones de chelines ugandeses (1.300 dólares) por cada víctima mortal y un millón de chelines (260 dólares) por cada herido.
Mientras tanto, el alcalde de Kampala, Erias Lukwago, señaló que el desastre está llegando, ya que el vertedero de Kiteezi, de 14 hectáreas, estaba lleno a rebosar.