Después de más de diez meses de asedio de Tel Aviv al territorio ocupado, vastas franjas de Gaza permanecen en ruinas en medio de un bloqueo de alimentos, agua potable y medicinas.
El número de palestinos muertos por la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, que comenzó el 7 de octubre, aumentó a 39.965, según el Ministerio de Salud de Gaza.
El número de heridos a causa de los constantes ataques y bombardeos fue de 92.294. Defensa Civil indicó que la mayoría de quienes llegan a los hospitales son niños y mujeres.
Según la autoridad sanitaria, la ocupación cometió dos masacres contra familias en las últimas 24 horas, que se saldaron con la muerte de 36 civiles y heridos a otros 54.
Se estima que el número de palestinos muertos es mucho mayor porque todavía quedan miles de cadáveres bajo los escombros y las fuerzas de ocupación israelíes obstruyen el movimiento de ambulancias y equipos de Defensa Civil.
Por otra parte, durante los ataques la ocupación sionista “ha asesinado a 2.100 niños palestinos menores de dos años, lo que representa la cara más sangrienta del genocidio flagrante en la Franja de Gaza”, según el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos (Euro-Med) en un comunicado de prensa.
Mientras tanto, señaló que Tel Aviv ha asesinado a casi 17.000 niños desde el inicio de su ofensiva contra la población palestina.
También destacó que el número de niños muertos por Israel en Gaza es “alarmante y sin precedentes” en la historia de la guerra moderna.
Mientras tanto, las autoridades sanitarias de Gaza informaron el martes de que al menos 115 recién nacidos habían muerto en Gaza. Entre tantas historias desgarradoras, hace horas se supo que dos gemelos murieron a las pocas horas de nacer, cuyo padre había ido a la oficina de registro para recoger sus documentos.
En junio, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) calificó el conflicto israelí contra Gaza como “una guerra contra los niños”, denunciando que la zona ya es un “cementerio de niños”.