Las autoridades panameñas han colocado cercas de alambre de púas a lo largo de aproximadamente 4,7 kilómetros en el Darién.
El Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) confirmó este miércoles que diez migrantes, cuyos cuerpos no han sido encontrados, se ahogaron hace varios días en una región del Caribe de Panamá.
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Esta tragedia ocurrió en las zonas ribereñas cercanas a la comunidad indígena de Carreto, donde migrantes indocumentados intentaron cruzar un río en la selva del Darién en su ruta hacia Estados Unidos.
SENAFRONT cree que “estos cuerpos pudieron haber sido enterrados para encubrir sus vínculos delictivos con la trata de personas”, pero aún no ha sido posible localizar los restos.
“Se sabe que los cuerpos se encuentran en la zona, sin embargo, aún no se ha realizado el proceso formal de exhumación”, indicó un miembro del SENAFRONT, quien agregó que la Fiscalía adelanta las investigaciones correspondientes.
Según testimonios recogidos por el medio La Prensa, algunos migrantes contaron a los vecinos de Carreto que la crecida del río arrastró a varias personas cuyos cuerpos no pudieron ser recuperados.
Las autoridades panameñas advirtieron que los traficantes de personas y sus colaboradores locales están utilizando rutas clandestinas en las costas del Caribe para trasladar a migrantes en circunstancias muy riesgosas. “La ruta autorizada para la migración irregular es la que conduce a Cañas Blancas, donde se encuentran disponibles patrullas especializadas para la protección y asistencia humanitaria”, indicó el SENAFRONT.
Según datos de Médicos Sin Fronteras (MSF), los migrantes indocumentados tienen que pagar a traficantes de personas hasta 550 dólares para tomar un barco desde Capurganá (Colombia) hasta Carreto (Panamá), donde luego caminan unos cuatro días por la selva para llegar a la comunidad indígena de Canaán Membrillo.
El presidente panameño, José Mulino, ha implementado diversas medidas para tratar de reducir el flujo migratorio por la selva del Darién, por donde se estima que han cruzado en lo que va de año más de 261.000 personas.
Desde el 3 de julio, las autoridades panameñas colocaron cercas de alambre de púas a lo largo de aproximadamente 4,7 kilómetros en el Darién, con el objetivo de evitar el uso de rutas no autorizadas y canalizar el flujo de migrantes a través de un corredor humanitario.
Darién es una selva ubicada en la frontera de 266 kilómetros entre Panamá y Colombia. Por ella pasan miles de migrantes que buscan llegar a Centroamérica, enfrentándose a condiciones ambientales muy duras, ataques de animales salvajes y emboscadas de grupos criminales responsables de asaltos y abusos sexuales.