Un hombre fue asesinado a puñaladas en la ciudad norteña de Jisr az-Zarqa el domingo por la noche y un joven de 16 años fue arrestado en relación con el asesinato.
Muhammad Amash, un residente de la ciudad de 34 años, fue apuñalado frente a su casa.
Fue llevado al Centro Médico Hillel Yaffe en Hadera en estado crítico, donde los médicos declararon su muerte.
La policía dijo el lunes por la mañana que arrestaron al adolescente bajo sospecha de apuñalar a Amash. Está previsto que comparezca ante el tribunal más tarde en el día para una audiencia de prisión preventiva.
Amash estaba casado y era padre de tres hijos.
Según el sitio de noticias Walla, estaba en el patio de su casa el domingo por la noche cuando un sospechoso comenzó a destrozar el auto de su hermano.
Se produjo una pelea, durante la cual Amash fue apuñalado frente a los miembros de su familia.
Un pariente anónimo le dijo al sitio de noticias de Ynet que Amash era “una persona buena y honesta que no ha hecho daño a los demás”.
Las comunidades árabes israelíes han visto un aumento de la violencia en los últimos años, impulsada principalmente, pero no exclusivamente, por el crimen organizado.
A principios de este mes, el país estaba conmocionado cuando Ammar Hujayrat, de cuatro años, fue asesinado a tiros durante un tiroteo cercano entre delincuentes mientras estaba en un parque infantil.
El asesinato de Amash marcó la quinta muerte por violencia en la comunidad árabe en 2022, después de un 2021 particularmente sangriento, según Abraham Initiatives, que monitorea y hace campaña contra la violencia en la comunidad árabe.
Los árabes israelíes culpan a la policía, que, según dicen, no ha logrado tomar medidas enérgicas contra las poderosas organizaciones criminales e ignora en gran medida la violencia, que incluye disputas familiares, guerras territoriales de la mafia y violencia contra las mujeres.
La comunidad también ha sufrido décadas de abandono.
Las Iniciativas Abraham dijeron que hubo 125 árabes, un récord histórico, asesinados en Israel en 2021 como resultado de la violencia y el crimen, de los cuales 62 tenían menos de 30 años.
El primer ministro Naftali Bennett y el ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, prometieron tomar medidas enérgicas contra la violencia, que ha mostrado pocas señales de disminuir.